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El SAT detecta 339,000 mpd en facturas falsas.

Los esquemas de operaciones de facturas falsas, realizados durante los ejercicios fiscales 2017, 2018 y 2019, involucran a 977 contribuyentes.
El Servicio de Administración Tributaria (SAT) alertó a la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) sobre cuentas con operaciones irregulares de personas, tanto morales como físicas, en facturas.
De acuerdo con un comunicado emitido por el organismo, los esquemas de operaciones de factureras fueron realizados durante los ejercicios fiscales 2017, 2018 y 2019; suman más de 339,000 millones de pesos (mdp) e involucran a 977 contribuyentes, quienes eludieron el pago de impuestos en diversos estados de la República.
El año pasado, el Senado mexicano aprobó un paquete de reformas que considera como delincuencia organizada la recepción y emisión de facturas falsas.
“Estos contribuyentes emitieron comprobantes que amparan operaciones inexistentes o actos jurídicos simulados”, señala el SAT, que agregó que dichas prácticas “conllevan a una consecuencia legal que puede derivar incluso en tipología penal”.
Con 82 votos en favor, lo aprobado por el senado fueron en lo general reformas legales para combatir a las empresas “fantasmas” y las facturas falsas, al imponer por esos ilícitos fiscales prisión preventiva oficiosa y catalogarlos como delincuencia organizada y contra la seguridad nacional. 


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Propone IMEF bajar ISR y subir IVA

Ciudad de México.- Para incentivar la recaudación y promover la inversión, el Instituto Mexicano de Ejecutivos en Finanzas (IMEF) propuso reducir el Impuesto Sobre la Renta (ISR) corporativo y generalizar el Impuesto al Valor Agregado (IVA) en alimentos y medicinas.

Dentro de una serie de 15 propuestas del estudio “Recuperación de la inversión y del crecimiento económico con enfoque social”, se propuso reducir el ISR corporativo de 30 al 28 por ciento y quitar la exención de IVA a alimentos y medicinas. 
La propuesta tendía un efecto neto de recaudación de 0.5 por ciento, al reducir la correspondiente a ISR en 0.85 por ciento como proporción del PIB pero incrementando la recaudación por IVA en 1.5 por ciento, expuso Gabriel Casillas, director de estudios económicos del IMEF.
La propuesta de disminuir el ISR corporativo busca hacer más atractivo la inversión en el País, aseguró Manuel Toledo, presidente del comité de estudios fiscales del instituto.
Se pretende bajar la tasa corporativa hasta 23 por ciento y aplicar 5 por ciento extra de impuesto si existe pago de dividendos. De esta forma, se incentiva que las utilidades se sigan reinvirtiendo, sostuvo.
Por su parte, para compensar los efectos sociales por generalizar el IVA, se podrían crear políticas públicas específicas para la gente más desprotegida, explicó Casillas.
Otras de las propuestas destacables del estudio son fomentar la participación de la iniciativa privada en el sector energético y otros proyectos de infraestructura a través de Asociaciones Público Privadas.
Además, se propone fomentar la vinculación de las universidades con las empresas para generar el capital humano que la economía necesita.
También, se pretende mejorar los gobiernos corporativos de las empresas para fomentar la responsabilidad social empresarial.
La serie de propuestas se realizará a distintas instituciones del Gobierno federal a través de los diferentes comités del IMEF, afirmó Ángel García-Lascurain, presidente nacional del IMEF.


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La deficiente productividad laboral en México

Jorge Wadi aguilar elías 
Universidad Anáhuac México Norte 
Miembro del Comité de Integración de Contadores Universitarios (CICU) del CCPM wadiaguilar@gmail.com
Una de las ideologías más veneradas a lo largo de la historia es la que afirma que “el trabajo duro es la mejor manera de alcanzar cualquier objetivo”. No obstante, a consecuencia del fenómeno disruptivo de la innovación tecnológica y digital en las últimas décadas, “trabajar de la manera más inteligente” poco a poco se está convirtiendo en la nueva filosofía por obedecer para alcanzar cualquier meta. Aunque en el transcurso de la historia ambas doctrinas han demostrado ser mecanismos efectivos para tener éxito en cualquier ámbito, el puro trabajo –por más digno y admirable que sea– con mayor frecuencia resulta no ser suficiente, especialmente contemplando el contexto contemporáneo y su fijación por tratar de encontrar nuevas maneras de realizar los trabajos. Desafortunadamente, uno de los ejemplos más claros de la incongruencia moderna que puede existir entre realizar grandes esfuerzos y obtener pobres resultados es el nivel de productividad laboral del sector formal mexicano.
Dicho indicador es utilizado para conocer qué tan eficiente es el capital humano de una empresa para producir una cierta cantidad de bienes y/o servicios a partir de un número limitado de recursos. Trasladado a un panorama macroeconómico, la medición de la productividad laboral refleja qué tan productivos son los ciudadanos empleados de un país –y, en consecuencia, de la nación en sí misma– tomando en consideración la duración promedio de la jornada laboral. La metodología más común para realizar dicha medición a escala nacional implica dividir el Producto Interno Bruto (PIB) del país entre la cantidad promedio de horas trabajadas por los ciudadanos empleados a lo largo de un año, lo cual da como resultado el promedio del valor de los bienes y servicios producidos (estandarizado a un importe en dólares estadounidenses) por hora de trabajo, contemplando las aportaciones de trabajadores de medio tiempo y tiempo completo. 
Para entender la complicada situación actual de nuestro país en lo referente a este indicador, podemos utilizar como referencia el desempeño de los 36 países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Respecto a la duración de la jornada laboral, México (miembro de dicha organización desde 1994) posee el primer lugar en cuanto a la extensión promedio más larga, debido a que un trabajador mexicano destinará alrededor de 2,148 horas al año a cumplir con sus actividades laborales. Por otro lado, la media de los integrantes de la OCDE es de tan solo 1,726 horas al año, es decir, 20% menos que la jornada laboral mexicana. En primera instancia, esta diferencia podría interpretarse como algo positivo para el país, puesto que se pudiera interpretar como un mayor nivel de compromiso hacia la ocupación profesional por parte de los trabajadores mexicanos y, en teoría, esto contribuiría a una mayor producción de bienes y servicios. Sin embargo, después de analizar el valor promedio de lo producido por los miembros de la OCDE, es desalentador percatarse de que dicha interpretación es incorrecta. Mientras que el valor promedio de lo producido por la OCDE por hora de trabajo es de 54.8 dólares, en México solo se generan 21.6 dólares –lejos de llegar siquiera a la mitad.1 Aunque los empleados mexicanos estén destinando una significativa cantidad de tiempo a sus actividades laborales, en realidad no lo hacen por un sobrellevado sentido de compromiso laboral; lo hacen como un esfuerzo colectivo inconsciente para cubrir las claras señales de una estructura laboral ineficiente. 
Existen diversos factores que han favorecido y alargado el bajo nivel de la productividad laboral del sector laboral mexicano, los cuales pueden ser agrupados en tres categorías principales: 
> Capital físico: se refiere a las herramientas utilizadas por los trabajadores de las empresas mexicanas para la producción de bienes y servicios. Mediante la inversión de capital, el sector privado adquiere equipos y/o maquinaria especializada con el objetivo de optimizar los procesos de producción y aumentar el valor total de lo producido. No obstante, es imperativo que el gobierno federal primero garantice que el país cuenta con la infraestructura necesaria para respaldar las inversiones que este sector realice. Para ello, la inversión pública en proyectos de infraestructura debe ser de alta calidad y extenderse a lo largo de diferentes sectores, incluyendo la construcción de carreteras, puertos y aeropuertos, redes de distribución eléctrica y agua potable, sistemas de telecomunicaciones, etc. Lamentablemente, México enfrenta considerables obstáculos en este aspecto. Por un lado, dentro del sector privado el capital físico se encuentra distribuido de manera desproporcionada, ya que 93% de este se concentran solo en 10% de las empresas mexicanas,2 por lo que los beneficios de la inversión en nuevas herramientas productivas y su utilización se limita a un número reducido de compañías. En cuanto al sector público, la infraestructura mexicana se encuentra en el lugar 49 de 140 países que integraron un estudio del Foro Económico Mundial, realizado en 2018.3 A pesar de que esta posición representa una mejora en comparación con años previos, también corrobora el gran margen de mejora que existe en la infraestructura nacional actual. 
> Capital humano: existen cualidades inherentes de aquellos que conforman la fuerza laboral mexicana que determinan en gran medida la capacidad productiva de las empresas en el país; por ejemplo, los niveles máximos de estudios, las habilidades profesionales y la experiencia laboral. Desgraciadamente, el potencial humano casi siempre se ve desaprovechado en México, pues los proyectos nacionales para fomentar el desarrollo integral académico y profesional de la población carecen de una implementación extensa y competente. En consecuencia, la tasa poblacional con un nivel educativo menor a la educación media superior en México es de 63%, un hecho bastante alarmante considerando que el promedio entre los países de la OCDE es de apenas un poco más de 20%. Además, aspectos característicos de la economía mexicana, como los altos niveles de empleo informal y la desigualdad laboral de género, actúan como fuertes inhibidores del pleno desarrollo del sector laboral formal. De hecho, 31% de las empresas en el país manifiestan que tienen dificultades para encontrar empleados con las habilidades y conocimientos que requieren, lo cual disminuye el interés del sector privado internacional por invertir en México y en su mercado laboral.
> Cambios tecnológicos: los avances en el conocimiento y la innovación son fundamentales para aumentar la productividad laboral, en especial cuando resultan en el desarrollo de nuevos sistemas y/o dispositivos tecnológicos. Los incentivos gubernamentales (como los estímulos fiscales, la razonable asignación de recursos en el presupuesto público para investigación y desarrollo, etc.) al igual que los programas y competencias organizadas por el sector privado forman parte de los mecanismos que promueven los avances en la ciencia y la tecnología. A pesar de la importancia de estos factores para la economía nacional, México no parece considerarlos como prioridades: el gobierno mexicano asigna menos de 1% del PIB al año hacia estos sectores desde el año 2018 (0.43% en promedio durante el último sexenio), mientras que países desarrollados como Estados Unidos, Alemania y Japón destinan porcentajes mayores a 2.5%.
Tomando en cuenta los factores cruciales en los que nuestro país debe mejorar para incrementar su productividad laboral, una solución razonable sería la de adoptar políticas y estrategias similares a las que los países desarrollados emplean hoy en día para alcanzar niveles sobresalientes en este indicador. Mediante reformas estructurales (primordialmente educativa y laboral) y el compromiso de implementarlas en un plazo que trascienda cualquier sexenio o agenda política, el gobierno federal puede lograr el desarrollo integral de sus trabajadores y de los sectores de la ciencia y la tecnología. Expandir los horizontes de la productividad laboral mexicana requerirá del esfuerzo coordinado entre el sector público y el privado, el cual deberá ser ejecutado bajo un contexto de mutua confianza y beneficencia. Esto se debe a que, dependiendo de que tan amplias sean las facilidades establecidas en el marco legislativo mexicano (incluyendo las reformas estructurales y los proyectos de infraestructura necesarios), será la magnitud del impacto que las empresas privadas generen en el país en lo referente a la productividad laboral.
Una vez que el sector privado tenga acceso a diferentes incentivos para invertir en innovaciones tecnológicas, adquirir herramientas avanzadas y captar personal calificado, el mercado laboral de México será percibido de manera favorable por las empresas con planes de formar parte del entorno empresarial mexicano. A consecuencia del subsecuente aumento en la inversión en nuestro país, la productividad laboral experimentará un incremento en cuanto al valor de lo producido, además de que otros problemas socioeconómicos como el desempleo y la pobreza podrían reducir sus márgenes.
Penosamente, la realidad incómoda de la corrupción en México termina empobreciendo cualquier intento del sector público por mejorar el nivel competitivo de la fuerza laboral mexicana. Si las autoridades federales verdaderamente aspiran a que la productividad laboral nacional sea destacable, es necesario establecer un régimen que contemple las medidas necesarias para corregir las deficiencias en las tres categorías señaladas como primordiales para alcanzar una alta productividad laboral, así como convencer al sector privado de que dichas mejoras se efectuarán de manera transparente y con el objetivo de garantizar el rendimiento de sus inversiones en el país. 
1 García, A.K. (2019, 10 de febrero). “México tiene una jornada laboral extensa y niveles bajos de productividad [en línea]. El Economista, Factor Capital Humano. Disponible en: <https://www.eleconomista.com.mx/capitalhumano/Que-significa-que-un-pais-tenga-baja-productividad-laboral-20190210-0005.html>. Consultado el 28 de junio de 2019.
2 Comisión Económica para América Latina y el Caribe (2017). Panorama Social de América Latina, 2016. Santiago: Naciones Unidas/CEPAL. Disponible en: <https:// repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/41598/4/S1700567_es.pdf>. Consultado el 22 de junio de 2019.
3 World Economic Forum (2018). The Global Competitiveness Report 2018. Disponible en: <http://www3.weforum.org/docs/GCR2018/05FullReport/TheGlobalCompetitivenessReport2018.pdf>. Consultado el 27 de junio de 2019.
4 Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (2018). Getting it Right: Prioridades estratégicas para México. París: Éditions OCDE. <http://dx.doi. org/10.1787/9789264292871-es>.
5 Solís, A. (2018, 28 de noviembre). “EPN no llegó a su meta de inversión en ciencia, tecnología e innovación”. Forbes México. Disponible en: <https://www.forbes.com.mx/ pena-nieto-incumple-promesa-de-inversion-en-ciencia-tecnologia-e-innovacion/>. Consultado el 25 de junio de 2019.
Referencias
OpenStax (2019). Principles of Economics. Disponible en: <http://cnx.org/contents/ bc498e1f-efe9-43a0-8dea-d3569ad09a82@7.1.>. Consultado el 7 de junio de 2019.

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Curso Gratuito Contabilidad de Costos

La contabilidad de costos es una herramienta financiera fundamental en toda organización, sin importar cuál sea su actividad o tamaño. Sin embargo, los emprendedores suelen cometer innumerables errores por no gestionar efectivamente sus costos.
Si quieres aprender a gestionar la contabilidad de costos en tu negocio, la Universidad Anahuac ha lanzado un curso online que tiene como propósito capacitar a profesionales, emprendedores y empresarios, para que puedan construir y analizar los diferentes elementos relacionados con los costos.
El curso comienza el próximo 24 de febrero, pero desde ya puedes inscribirte y separar tu cupo.

Curso para aprender a manejar los costos en tu negocio


Imagen por 9dream studio / Shutterstock

Conociendo los costos

Se aborda la contabilidad de costos que se enfoca en los usuarios internos de la información contable y financiera, y en conjunto con los presupuestos, integran la base de la planeación estratégica, sin la cual sería imposible efectuar planes a mediano y largo plazo.


DESCRIPCIÓN DEL CURSO:

En este curso se maneja la información relacionada con la contabilidad de costos, que forma parte de la contabilidad administrativa y se enfoca en los usuarios internos de la información contable y financiera que, en conjunto con los presupuestos, integran la base de la planeación estratégica.

CONTENIDO DEL CURSO:
  • Módulo 1. Elementos de los costos
  • Módulo 2. Estado de costos de producción
  • Módulo 3. Sistemas de costos
  • Módulo 4. Costos predeterminados
  • Módulo 5. Costeo variable

Los costos son aplicables y necesarios en cualquier ente económico: comercial, industrial o de servicios, sin embargo, este curso se enfocará a los costos de una industria de transformación, ya que nos brindarán las bases para comprenden los costos y aplicarlos a empresas comerciales y de servicios.






Los contenidos han sido desarrollados y organizados por expertos con experiencia como Gerentes administrativos en organizaciones: Heidrick & Struggles, BANOBRAS en y con varios años como docentes y como miembros Colegio de Contadores Públicos. De este modo, el curso está diseñado pensado en la conjugación de las exigencias educativas de una de las principales universidades de México y haciendo énfasis en las habilidades que debes aplicar en cualquier entorno laboral.




Lo que aprenderás


Identificar los elementos que integran el costo de producción, para armar el Estado de Costo de Producción y Costo de Ventas





Manejar los costos predeterminados y el costeo variable, para planificar sus operaciones y controlar las desviaciones entre lo planeado y lo realizado, a fin de tomar decisiones asertivas







Programa del Curso










Módulo 1. Elementos de los costos

En este módulo diferenciarán los elementos del costo y los factores críticos que se pueden presentar al momento de determinar cómo integrar cada uno de ellos, para la correcta asignación de costos a los diferentes objetos del costo.


Módulo 2. Estado de costos de producción

En este módulo identificarán los elementos del Estado de Costo de Producción y Costo de Ventas, que le permitirá elaborar el Estado de Resultados


Módulo 3. Sistemas de costos

En este módulo se abordan los sistemas de costos, que representan una técnica para determinan los costos de producción de una entidad, tomando en cuenta las características de producción, el método de costeo y el momento de determinación de los costos.


Módulo 4. Costos predeterminados

En este módulo se trabajarán los costos predeterminados, considerando los costos estimados y costos estándar


Módulo 5. Costeo variable

En este módulo se explican las diferencias entre el costeo absorbente y el costeo variable.


Enlace: Curso de contabilidad de costos

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El contribuyente no está obligado a exhibir “integraciones especiales”



VIII-P-SS-384
DEDUCCIONES
DECLARADAS. EL CONTRIBUYENTE NO ESTÁ OBLIGADO A EXHIBIR ANTE LA AUTORIDAD
 LA
DOCUMENTACIÓN E INFORMACIÓN EN QUE SOPORTE LAS MISMAS A TRAVÉS DE INTEGRACIONES
ESPECIALES PARA DEMOSTRAR SU PROCEDENCIA.-

De la interpretación armónica de
los artículos 28 del Código Fiscal de la Federación, y 26 a 29 de su
Reglamento, se desprende: a) que la contabilidad y los documentos que la
integran, la componen los registros y cuentas especiales a que obligan las
disposiciones fiscales, los que llevan los contribuyentes aun cuando no sean
obligatorios, y los libros y registros sociales a que obliguen otras leyes, los
papeles de trabajo, registros, cuentas especiales, equipos y sistemas
electrónicos, así como la documentación comprobatoria, b) que la contabilidad
debe integrarse por los libros diario y mayor y c) que deben cumplirse ciertos
requisitos tales como que la información que se lleve debe identificar cada
operación, acto o actividad, relacionándolas con la documentación comprobatoria,
etcétera. Por tanto, a fin de comprobar la existencia de las deducciones
efectuadas, el contribuyente no está obligado a presentar ante la autoridad un
documento en el que relacione de forma específica los gastos del periodo
declarados con los registrados en los auxiliares, o con la forma mediante la
cual se efectuó el pago de los mismos, así como tampoco un documento en que de
forma analítica se vincule cada comprobante fiscal digital por Internet con su
forma de pago y su respectiva póliza, ni el documento en que se integre el
total de erogaciones y el monto al que ascienden; pues la autoridad debe
solicitar los documentos que integren la contabilidad de manera genérica, sin
solicitar una forma especial de configuración que impliquen que el gobernado se
vea en la necesidad de elaborar papeles de trabajo o “integraciones especiales”
que no tenía, y que si bien pueden ser obtenidos a partir de los datos que se
contienen en la contabilidad y que pueden ser revisados por la autoridad, la
cuestión es que de momento no formaban parte de la contabilidad y tienen que
elaborarse a petición de la autoridad de una forma específica. En ese tenor, si
el motivo del rechazo de deducciones consistió en que el contribuyente no
proporcionó a la autoridad la contabilidad en forma de integraciones
especiales, es ilegal ya que esa exigencia no constituye un requisito que se
desprenda del contenido de la ley para la determinación de su existencia y
procedencia.

Juicio Contencioso Administrativo
Núm. 302/18-12-023/2653/18-PL-04-04.- Resuelto por el Pleno Jurisdiccional de
la Sala Superior del Tribunal Federal de Justicia Administrativa, el 18 de
septiembre de 2019, por unanimidad de 10 votos a favor.- Magistrado Ponente:
Rafael Anzures Uribe.- Secretaria: Lic. Ana María Reyna Ángel. (Tesis aprobada
en sesión de 16 de octubre de 2019)

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