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La Comisión del Trabajo de la Cámara de Diputados aprobó en lo general la reforma laboral enviada por el presidente Felipe Calderón, con carácter de iniciativa preferente.

 

 

En lo particular, las bancadas hicieron 261 reservas a un total de 146 artículos; se prevé que hoy a partir de las nueve de la mañana se desahoguen, y que el dictamen se lleve al pleno —que se declarará a partir de hoy en sesión permanente— para su discusión y votación.

Los legisladores tienen hasta el lunes a las 15:00 horas para avalar la reforma, que se inscribe en la historia como la primera que se aprueba en la materia tras 497 iniciativas.

Los 21 votos en comisión para avalar la reforma fueron de PRI, PAN y PVEM; la izquierda (PRD, PT y MC) registró ocho en contra y una abstención de Nueva Alianza.

El PRD reservó más artículos con 96; le siguió Nueva Alianza con 88; el PT con 19; PVEM y PAN con 16 cada uno y Movimiento Ciudadano, 13 al igual que el PRI.

La iniciativa enviada por el Presidente propuso cambiar 347 artículos de un total de mil 10 que tiene la Ley Federal del Trabajo, y tras ajustes en la comisión quedaron sólo 310 artículos. Ayer se aprobaron 164, y quedaron reservados 146 artículos.

La votación tuvo como preámbulo dos rondas de debate en que la izquierda criticó el proyecto, y defendido por el bloque PRI-PAN-PVEM, cuyo voto permitió aprobar 52% de la reforma.

Paralelamente, trabajadores de los sindicatos del gobierno del DF y de la Cámara de Diputados, se manifestaron contra la reforma.

Ante denuncias de que se negoció retirar transparencia sindical y rendición de cuentas, a favor del PRI y sus sindicalistas, Ricardo Anaya (PAN) reiteró que buscarán incorporarlos.

Martí Batres (PRD) insistió en la ilegalidad de la “iniciativa preferente”, por lo que acudirán a la Corte, y presentó un proyecto de dictamen alterno, tras acusar que fueron excluidos en la elaboración. Planteó desechar la propuesta de Calderón.

El diputado del PVEM Tomás Torres defendió el proyecto de la comisión, y pidió que fuera el único a discutir; solicitó cambios al seguro social ya que, dijo, las pensiones representan la deuda interna más elevada.

Silvano Blanco (PRD) advirtió a quienes votaron a favor que “pagarán el costo político por este atentado contra los trabajadores”, pero en defensa, Alfredo Botello (PAN) presumió la estabilidad económica, y afirmó que se logró porque en su momento el panismo no fue “mezquino” con el país y aprobó al PRI el Fobaproa.

Aseguró que a la iniciativa se le agregaron propuestas de otras bancadas y la sociedad civil.

Luisa María Alcalde (MC) advirtió que con esta reforma se fomenta el despido barato y la pérdida de los derechos fundamentales; no habrá más empleos, dijo, y criticó que se haya rechazado transparentar sindicatos.

Juan Bueno Torio (PAN) criticó la actitud de la izquierda, y afirmó que votarán para darle a México un nuevo marco laboral moderno.

Ricardo Pacheco (PRI) justificó que no son cambios a la Constitución, además de que se respetan tratados internacionales relativos al derecho a huelga y libertad sindical, y permitirán elevar la productividad, mejorar las condiciones de los trabajadores y generar empleo.

Adolfo Orive (PT) señaló que no es posible resolver los problemas del país en una sola discusión, y afirmó que no es abaratando los sueldos de los trabajadores como se puede volver a México más competitivo.

El diputado del PRD Valentín González dijo que con esta reforma se da carta de naturalización a la precariedad y la simulación, y es contraria a los derechos de los trabajadores.