El caso Fechac.
Credito: Diana Salado / El Economista
Aunque el pago de impuestos es, por lo general, impopular, hay algunas historias en sentido contrario y, sí, en México. La Fundación del Empresariado Chihuahuense (Fechac), una organización compuesta por 31,000 empresarios de esa entidad, sostiene sus logros en un acuerdo logrado con el gobierno estatal para canalizar uno de cada 10 pesos pagados al gobierno estatal vía impuestos a programas sociales en materia de educación básica, salud preventiva y formación de capital social.
Fue en 1990, cuando el empresariado se autoimpuso una cuota extraordinaria al Impuesto Sobre Nómina, para apoyar a los damnificados por un torrencial en el estado. A partir de entonces, la Iniciativa Privada ha mantenido la aportación bajo el paraguas del Fideicomiso Fondo Social del Empresariado. Éste recibió apenas en diciembre pasado, por parte del Congreso estatal, la aprobación para renovarlo 10 años, al 2022.
Desde 1990, la Fechac, brazo operativo del Fideicomiso, ha destinado 1,380 millones de pesos al apoyo de más de 2,500 programas de impacto social en Chihuahua.
“Los recursos destinados son insuficientes, pero creemos que sí han servido para mejorar la calidad de vida de las personas; hemos dejado el asistencialismo para adoptar un enfoque de apoyo a proyectos sostenibles”, aseguró Eduardo Touché, presidente de la Fechac.
La Fundación, reconocida por la ONU como una de las 85 organizaciones de la sociedad civil del mundo, más confiables para invertir, recibirá este año una aportación de 1.2 millones de dólares por parte de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, para apoyar el programa Ampliando el Desarrollo de los Niños, el cual fomenta los hábitos de vida saludable en primarias de Ciudad Juárez.
De acuerdo con el Presidente de la Fechac, ésta es la primera vez que el gobierno de Estados Unidos apoya una organización en México.